No encuentro salida a este irremediable laberinto virtual.
No hallo razón alguna para coexistir en un planeta de formalidades intrascendentes.
Inevitable.
Enfermedad arrolladora que ondea cual pabellón de guerra, anunciando paz mientras dispara sus metrallas.
Enfermedad abominable, pero imantada, magnética, atractiva y atrayente.
El equilibrio se ha roto, la iniquidad gobierna, y yo me rindo echándome a morir
en las fauces de la fiera que atenaza, nos mastica, nos engulle y luego nos vomita; maltrechos, malheridos pero vivos, aún vivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario