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sábado, 12 de enero de 2008

Cruel Cupido.

La lozanía vespertina en tu enagua sideral, despierta mis deseos, caprichos y emociones, sensaciones y aspavientos, y una cierta euforia impetuosa y dominante.

Desde el llanto de tus manantiales frontinos, llegan a mí cascadas de culpa y vergüenza, pero ¿qué puedo hacer aparte de amarte?; ¿es acaso este frenesí dinámico un ente vivo?, debe serlo; pues me abraza y me abrasa sin piedad, ¡y sin consuelo!

Por eso, no me inquieras la mirada, sabes lo que mis ojos pregonan: amor, amor, amor y más amor, por ti, para ti...

¿De cuánta crueldad es capaz Cupido?

Yo solo sé que ya no importa...nada.

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