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sábado, 12 de enero de 2008

Planeta amable

Había una vez un planeta extrañamente amable, poblado por seres extrañamente buenos, bordado de paisajes extrañamente sugestivos.

En una galaxia mucho muy lejana, había una vez un mundo extrañamente humano; y todo era luz, alegría y felicidad.

El amor era pan cotidiano, la solidaridad era regla general, la paz brillaba como farol o supernova, iluminando a los viajeros solitarios.

Había cierta vez una tierra de ensueños, pero desperté y se esfumó todo.

¿Para qué despertaría?...

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